Guía al nuevo álbum de Angelo Pierattini

chile
chile

En junio Angelo Pierattini lanzará su quinto álbum solista, Baila Dios. El trabajo ya está disponible en streaming a través del Soundcloud del líder de los retornados Weichafe, y para hacerte más interesante la introducción a su nuevo material, acá te contamos cómo viene la mano. El viejo y querido “canción por canción” de lo nuevo de Pierattini, a continuación.  

1.- “Baila Dios”: el single

Hace meses ya que conocemos esta “Baila Dios”, donde Pierattini se hizo acompañar del mexicano Paco Mastuerzo de Botellita de Jerez. El tema fue escogido como primer adelanto y presenta una cara más simple de la música del santiaguino. Menos ruidoso, más coreable.

2.- “Salva el dolor”: el de siempre

Después de tantos años, hay algunas cosas de Angelo Pierattini que ya podemos calificar como “clásicas”. La personalidad cancionera que asoma en “Salva el dolor” es uno de sus sellos y lo ha sostenido en Weichafe, en Hueso y como solista (en especial en Pierattini III y el EP Canción Universal). Acá el sonido es más compacto. Dos cucharadas y a la papa. Si se le hace familiar, es porque ya asomó harto en vivo desde el 2013.

3.- “Tierra Andina”: en su hábitat

Movediza línea de bajo la que guía un corte que pareciera como si los dos primeros tracks hubieran tenido un hijo y le hubiesen puesto “Tierra Andina”. La entrada de la guitarra sugiere algo distinto al desenlace, y plantea la inquietud de cómo sonaría el Pierattini rockero fuera de su zona de comodidad – un paisaje que igual asoma, silencioso, pero ahí está. El estribillo, por otro lado, evidencia que en esta materia, no tiene contendor en el rock chileno.

4.- “Opio juventud”: como brisa fresca

Pásenle esta canción a Jake Bugg. Te va a decir “puta qué buena”. Es que sí, “Opio juventud” es la raja. Muestra a un Pierattini que no habíamos escuchado antes (o no así, rockeando conducido con una guitarra acústica, epifanía de último minuto en la grabación del LP) pero que es totalmente reconocible. La lírica marca su distancia con una generación poco que él siente poco apasionada y carente de compromisos más allá del impulso pasajero: “míralos, la sangre caliente se acabó / (…) Opio y juventud me haces llorar”.

5.- “Más lento”: el otro Pierattini

Hay un Angelo Pierattini que no aparece siempre, pero cuando lo hace, mamita querida… Hablo de aquel que usa su guitarra más para condimentar que para llenar, que distingue el instinto animal que lo empuja pero lo pone contra el piso y lo hace crecer a conciencia. “Más lento” es uno de los cuadros más completos que haya pintado en mucho tiempo, usando casi todos los colores de su paleta. Le cambia la velocidad, la adorna con un exquisito teclado por no más de 9 segundos. Y lo cierra con un solo de guitarra muy funcional. Esta es una perlita del Baila Dios.

6.- “Ella y yo”: aquí está la luz

Acá está la mejor canción que Angelo Pierattini haya firmado (al menos) desde Vampiros. Crece como la marea y, tal como “Más lento”, entusiasma por la fineza con que está esculpida. ¿Cuál es el estribillo acá? Ahí está el truco. El solo de guitarra es una inyección justa, y que Alain Johannes participe de la mejor composición de todo el álbum es mucho más que una feliz coincidencia. Aunque suena tormentosa en el cierre, “Ella y yo” es pura luminosidad.

7.- “Vida infierno”: el rock que muerde

Lo mínimo que se le puede pedir a un tipo que lleva tanto tiempo haciendo rock es que tenga claro que se puede rockear de distintas maneras. Eso es justamente lo que inconscientemente Pierattini expone en “Vida infierno”, un chorísimo collage de elementos que da forma a una muy buena creación. Abre con lo que usualmente sería su cierre de canción; en la estrofa su guitarra y voz es más lo que se enfrentan que lo que se acompañan; el coro casi no tiene guitarra; un solo a la Hendrix; y el cierre que toma todo esto y lo junta por un minuto. El rock sólo seguirá siendo contemporáneo en la medida que se atreva, y acá hay una buena muestra de eso.

8.- “Sureño Altiro”: a todo lo ancho

Casi todo el disco suena compacto, pero en “Sureño Altiro” Angelo Pierattini siente la necesidad de ofrecer más espacio a su gente (Marcelo Da Venezia, Diego Ormazábal y Felipe Silva). Es una bonita balada, y el que su voz esté más metida en la mezcla que luciendo brillante y limpia por encima del resto – algo que también corre para el resto de la entrega – evita que se haga pesada. Es más “canción” que “balada”, en realidad, y eso siempre es un punto a favor de estos temas lentos.

9.- “Voy con mis amigos a jugar”: el final familiar

El último track de Baila Dios es una especie de blues sureño, acústico y como el título lo sugiere, tiene una inocencia casi infantil. Desde esa perspectiva, es un contraste interesante después de una seguidilla de composiciones más cabezonas. Y, cosa curiosa, conecta con “Baila Dios” (la canción), el tema con que abre este viaje. Quizás eso no sea casualidad.

5/5 - (180 votos)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *